4. Beirut 1
Jinane y Oscar son los más maravillosos anfitriones. Oscar, catalán, es amigo de Lucas desde que estudiaron cine en Barcelona. Se ha casado con Jinane, libanesa productora de cine y esperan una hija. Nos alojaron en su apartamento. Eramos una gran familia de cineastas. La primera noche nos trasnochamos hablando de Moreira Salles, el brasilero, que dice que en el mundo los documentales son películas hechas por ricos filmando pobres, porque los pobres se dejan, están acostumbrados a que les demos órdenes. Que si fuera al contrario y un pobre timbrara en nuestra casa porque quiere filmarnos, llamaríamos a la policía.
Al día siguiente, lo primero que hizo Oscar fue darnos una interminable caminata por el centro y la costanera de Beirut. Es decir, atravesamos toda la ciudad: en los días siguientes sólo hicimos pequeños repasos de lo que habíamos visto el primer día. Recorrimos la ciudad cristiana, donde viven ellos, y luego la musulmana.
En ciertos sectores se siente que no existe organización alguna del tráfico, los semáforos son raros, los carros parquean en cualquier parte hasta tercera fila. Oscar decía que aquí en Beirut se maneja no obedeciendo leyes sino instintos. Yo clamaba por un alcalde que organizara el caos.
¡Mi colegio del Sacre Coeur pero en Beirut!
Beirut antes de la guerra. Años 20.
Beirut durante la guerra. 1982
A lo largo de la caminata veíamos con dolor los estragos de la guerra: es una ciudad devastada y caóticamente reconstruida con mucha plata. En Colombia llevamos 50 años en guerra, pero nuestra guerra es en el campo, en la selva, en las montañas: aquí en Beirut el conflicto fue urbano, se disparaban de edificio a edificio, y las fachadas siguen llenas de troneras. Hay cortes de luz 3 horas al día, que aún le atribuyen a la guerra.
Aunque terminó hace casi treinta años, hay la sensación de que la guerra aún subsiste a través de constantes enfrentamientos entre bandos. En estos días se vivía una cierta zozobra con la incertidumbre que produjo el “secuestro” por parte de Arabia Saudita de Saad Al Hariri, Primer Ministro actual e hijo del anterior primer Ministro asesinado en 2005, Rafiq Hariri.
Crater que dejó la bomba de Rafiq Hariri
Solidere es una de las empresas de Hariri y sus amigos. Este edificio frente al mar, en un lugar privilegiado de la ciudad, nunca ha podido ser restaurado después de la guerra. Su dueño no es amigo de Solidere. Está ubicado frente al lugar del atentado.
Rafiq Hariri y su grupo de amigos, aprovecharon la guerra del Líbano (1975-1990) para hacerse a los terrenos de los edificios destruidos por el conflicto, todo el centro de la ciudad, convirtiéndose en grandes especuladores inmobiliarios y cuya huella como constructores es la que le da un carácter ecléctico y modernista al Beirut moderno, y simultáneamente caótico e impersonal.
Primero fue un café que nos costó un ojo de la cara. Después un gran banquete en un restaurante sirio que nos costó el otro.
Me llamó la atención que el llamado "arte moderno" del Líbano fuera tan parecido al de Colombia. Encontramos los Tejaditas de allá, las Déboras y los Cárdenas. Quizás los países de la periferia seguimos siempre los mismos modelos que nos dictan desde el centro.
Era un cuarto oscuro y en el centro flotaba una hamburguesa.
Comiendo habas en la costanera o "corniche".
Un verdadero placer fue la visita al Museo Sursock de Arte contemporáneo, creado en 1961 por Nicolas Ibrahim Sursock en un antiguo palacete, con el fin de preservar y exhibir el arte local.
Lucas y las camas.